Una escena típica del interior del gineceo, recinto especial dentro de la casa griega donde permanecía la mujer junto con sus esclavas hilando la lana y dirigiendo las labores propias del hogar, ocupa toda la superficie de este calpis del período clásico. Una bella dama, sentada en una cómoda silla de espaldar alto, ataviada con túnica y manto, parece concentrada ante el hilo que sostiene en sus manos. A su alrededor cuatro figuras femeninas le ofrecen diversos objetos para su arreglo personal, tales como un espejo, indicador de la feminidad en la antigüedad; un cofre, donde quizás guarde sus joyas, una caja que puede tener usos múltiples, y un elemento vegetal símbolo de la naturaleza. A un lado un cálato o cesto donde se guardaban los rollos de lana recién confeccionada en esta popular industria casera. Escenas de este tipo bien pueden referirse a diversos momentos de la vida de la mujer griega en el gineceo, tanto referidos al trabajo cotidiano como a la preparación para un día especial de celebración religiosa o quizás el día de su boda.